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domingo, 1 de abril de 2012

sentimiento

Y allí, paseando a la luz de la luna, el mar y el viento por testigos, las sensaciones que sintió fueron sublimes comparadas con las de su cotidiana vida. Comprobó que, efectivamente, existía esa química tan especial que logra una conjunción perfecta, la dualidad soñada. Y comprobó también que la “Autentica realidad” no difería demasiado de la de sus sueños, ya que podía sentir casi con la misma intensidad, su fibrosa figura, el azul de sus ojos, la sonrisa enigmática, el acento... En definitiva todo aquello que tanto le hacía vibrar en sus fantasías.
¿A dónde me lleva este barco? ¿Qué es todo esto? ¿Por qué estoy aquí?... Eran algunas de las muchas preguntas que retumbaban irremisiblemente en su cerebro, pero estaba ante un sueño hecho realidad que amenazaba constantemente con profanar su cobardía, su miedo a la culpabilidad... ¿Cuál era el verdadero sentido de vivir? Resultaba tan fácil no creer.. ¡Fácil y cómodo! Pero... ¿Qué estaba haciendo?
La música se oía perfectamente a través de la megafonía logrando que los momentos fueran cada vez más mágicos, más románticos... Y para sorpresa de ella apareció la canción que fuera símbolo de la unión de ambos corazones..., aquella que una noche de luna llena bailaran junto a la orilla del gran lago..., aquél que les diera el amor...
¿Te gustaría bailar conmigo esta canción? – preguntó Él
¡Aquello no podía ser verdad...! ¡Era como si supiese todo de antemano! ¡Cada vez estaba más segura de ello...! Pasó los brazos lentamente por detrás de sus hombros y Él la tomó con suma delicadeza de la cintura, avanzando lentamente a través de su espalda... Los cuerpos se juntaron cada vez más adaptándose al placer de sentirse cerca, muy cerca... Poco a poco, y siempre al compás lento de las notas que flotaban en la noche, fueron estrechando aquel abrazo, apretándose de manera dulce y apasionada..., sin prisa. Notaron el contacto de sus pechos y las respiraciones profundas y acompasadas que preceden al latir intenso. Los labios buscaron las mejillas muy despacito y humedecieron las pieles con sabor a pasión, recorriéndolas hacia las comisuras ... Y se besaron sin cesar mientras la luna les miraba majestuosa... Y bailaron y bailaron entre risas y miradas, y entre versos que lloraban presintiendo aquel amor. Nunca una persona pareció tan de la otra... Nunca un sentimiento fue tan compartido... Nunca un deseo tan deseado... Y nunca una caricia rescató un mundo perdido...
¿Quién eres? – le preguntó – Dime la verdad.
+ Él la miró profundamente y le dijo... – ¡ Soy “ tu verdad” ! quien siempre quisiste, quien siempre deseaste y no tuviste... “El hombre de tus sueños...”
¿Eres real? – le interrogó de nuevo ¿Esto es real?
+ Eso depende de ti – contestó Él con voz serena –
¿De mí?
+ Sí, de Ti... De lo que sientas..., de cómo lo sientas..., de tu FE!
¿Y por qué estamos hoy aquí?
+ Porque lo has querido así. Mira: Hay veces que un sentimiento es tan poderoso que logra ser más real que la propia realidad ¿sabes?, sin importar dónde se produzca. De hecho es ahí donde radica el secreto de lo verdadero... No siempre lo que se toca, se huele y se ve es más auténtico que lo intangible. Quizás lo sea respecto a lo material, pero no en el mundo de los sentimientos... ¿Quieres decir que, en un sueño, se puede llegar a sentir de manera más real que en la propia realidad?Él, besó de nuevo los labios de ella con dulzura, estrechándola con ternura... Y prolongó el momento sutilmente hasta lograr la entrega total de su cuerpo y de su espíritu.

+ Quiero decir que los sentimientos no entienden de mundos materiales o de ficción, ni tampoco de realidades o sueños. El sentir sólo entiende de sensaciones, como las que acabas de experimentar hace un momento. Y si las percibes intensamente dentro de tu corazón es que son reales, no algo imaginario que no existe. Son de verdad, y eso es... ¡ Realidad ! Otra cosa son los sentimientos inventados, los creados por y para algo... De ahí que los verdaderos deban ir siempre acompañados de fe... ¡ Debes creer en aquello que sientes !
Y la noche transcurrió “como se sueña la noche de tus sueños” : amándose sin freno ni medida, sin miedo ni pecado y sin límite de amor... De sus corazones nacieron llamas de fuego. De sus labios frases de amor eterno y de sus cuerpos..., de sus cuerpos el éxtasis, la lujuria, el deseo y la pasión. Jamás imaginó que se pudiera sentir algo así, de tal intensidad. Obviamente no podía ser irreal..., ¿cómo iba a serlo?
Y abrazados el uno en el otro cerraron los ojos y durmieron...

Se despertó sobresaltada, con la sensación de soledad que tanto conocía.
¡Oscuridad!
¿Dónde estoy? – se preguntó entre asustada y sorprendida – Extendió el brazo palpando ansiosamente... ¡nada!, ¡estaba sola!
El silencio era absoluto y un escalofrío de angustia la estremeció... ¡No puede ser!
La mano se dirigió certeramente hacia el interruptor y encendió la luz.
¡!! ¡NOOOOOO!!! ¡!!MALDITA SEA!!! – gritó con el alma rota de dolor... ¡Todo había sido un sueño!
Era su habitación de siempre, su cama de siempre, sus sábanas de siempre..., ¡!!HASTA SU SOLEDAD DE SIEMPRE!!!.... ¡!!MALDITOS TODOS LOS SUEÑOS!!! – gimió rompiendo a llorar desconsolada...
¡Sentir, sentir, sentir...! ¿De qué había servido tanto sentimiento? ¡!Todo mentira!! ¡! Pura mentira!! – y lloró su dolor sola, sin que nadie la viera, sin que nadie la escuchara... !!como siempre había sido!!
Las lágrimas inundaron sus ojos y el llanto la ahogó sin remedio.
Sola como siempre..., sin consuelo...
No tuvo fuerzas para salir de allí.
Pero con el paso de las horas los gemidos fueron cesando y el alma, extenuada, se calmó. Ya no quería creer, ya no quería sentir, ya no quería soñar... Y fue entonces cuando sus dedos notaron el contacto de algo extraño sobre la cama, justamente allí, a su lado... Parecía una carta... Abrió el sobre con manos temblorosas. ¡¡ Sus ojos no daban crédito!!! ¡!!El corazón estaba a punto de estallar !!
Decía así...:
¿Quieres que viajemos juntos para siempre?
Ven, apoya la cabeza en mí pecho y cierra los ojos...
No pienses nada..., tan sólo sueña...
Siénteme sin miedo, y no me perderás jamás...